BURGOS, 27 de octubre 2022. El Colegio de Médicos de Burgos ha acogido la presentación del Protocolo coordinado entre Atención Primaria y Hospitalizada en Insuficiencia Cardíaca en Castilla y León. Un manual que busca homogeneizar la atención a los pacientes con insuficiencia cardiaca en la región. Una patología que afecta al 20 por ciento de la población mayor de 70 años y que consume un alto grado de recursos en la sanidad pública, además de ser una de las principales causas de mortalidad en nuestro país.
La presentación del citado protocolo, tuvo lugar ayer martes 26 de octubre, y en ella participaron la Dra. María Ángeles Gil López, especialista en Medicina de Familia, y el Dr. Álvaro Roldán Sevilla, especialista en Cardiología. Ambos responsables de un protocolo que busca dotar de herramientas a los profesionales médicos- especialmente a los médicos de A.Primaria- de las herramientas necesarias en el manejo de los enfermos con insuficiencia cardíaca.
El acto contó con la presencia de la gerente de Atención Primaria de Burgos, Mónica Chicote, además del presidente del Colegio Oficial de Médicos de Burgos, Joaquín Fernández de Valderrama.
En este sentido, Roldán explicó que “el principal objetivo de esta guía es homogeneizar recursos gracias a un protocolo de actuación que permita mejorar los seguimientos de este tipo de pacientes”. En especial, cuando los pacientes vuelven a su casa tras una crisis o un ingreso hospitalario. Un momento en el que el seguimiento desde Atención Primaria “resulta esencial” y en el que “son necesarias llamadas, visitas, etc”, apostilló el facultativo.
Insuficiencia Cardíaca
La insuficiencia cardíaca (IC) es un síndrome complejo que deriva de una anomalía estructural o funcional del corazón que produce una disminución de su capacidad para mantener el gasto cardiaco adecuado, o hacerlo a expensas de elevación de presiones intracavitarias Este mal funcionamiento ocasiona síntomas como disnea, fatigabilidad, ortopnea, así como retención hidrosalina tanto a nivel pulmonar como periférico. Todo ello reduce la capacidad funcional de los pacientes y limita su calidad de vida.
La prevalencia de la IC en el mundo es muy elevada y sus cifras siguen en aumento, motivo por el cual se habla de esta entidad como la epidemia del siglo XXI. En EEUU se calcula que dicha prevalencia aumentará, en el año 2030 un 25% respecto a la actual. En España se estima una prevalencia de 1-2% de la población adulta pero alcanza un 8-17% en mayores de 70 años.
“El riesgo de mortalidad en los 30 días posteriores al alta es dos veces mayor que el riesgo a los 6 meses”, explican los autores del protocolo. Los pacientes con IC tienen una peor supervivencia que los pacientes con alguno de los cánceres más comunes.
Los facultativos coinciden en que “existen múltiples estudios que relacionan la existencia de un plan de gestión que contenga un plan de educación y seguimiento de este tipo de pacientes con un drástico descenso de reingresos y/o vistas a los servicios de urgencias “
Alta mortalidad y alto coste para la sanidad
“Sin embargo, pese a ser una patología tan habitual y con el gasto sanitario más grande también es muy sensible a la educación tanto del paciente como de los familiares así como a los cuidados que se le proporcionen. Esta educación y cuidados evitará los reingresos y previene la progresión de la enfermedad en pacientes que ingresan y reingresan por esta patología”, añaden.
Con todo, el protocolo presentado en Burgos para toda la región busca dotar a esta patología de una adecuada atención que, en la actualidad pasa por realizar un diagnóstico adecuado, planificar adecuadamente el alta garantizando una continuidad de cuidados así como la adquisición de unos conocimientos básicos de la patología. Además, debe de realizarse un seguimiento adecuado que incluya visita precoz y continuidad de las mismas así como prestar especial atención a las descompensaciones intentando anticiparse a las mismas.