El Colegio Oficial de Médicos de Burgos recuerda que viven una problemática de gestión y planificación, agravada en verano por la falta de susticiones y refuerzos
«Si no colapsa está a punto de colapsar». Los profesionales sanitarios están «quemados», hartos de soportar sobre sus espaldas las consecuencias de la falta de planificación, de los problemas de gestión y de los recortes económicos, cuando son una víctima más del actual modelo sanitario. La realidad de la Atención Primaria en Castilla y León es «muy compleja», no valen políticas cortoplacistas; hay que tomarse en serio la situación, de lo contrario, «tal vez no haya solución» ni a corto, ni a medio ni a largo plazo.
Así se expresa José Herrero, médico de Atención Primaria y vicepresidente primero del Colegio Oficial de Médicos de Burgos, en el primer día de la convocatoria de huelga indefinida realizada por el sindicato Simecal y a la que están llamados los más de 2.800 médicos de familia con los que se cuenta en Castilla y León. En Burgos, Atención Primeria disponde de unos 400 profesionales, que atienden a 356.000 tarjetas sanitarias.
La provincia está distribuida en 37 zonas básicas de salud, de las cuales, 11 son urbanas, 5 periurbanas y 21 rurales; además, cuenta con 596 consultorior rurales, con dotaciones mínimas, y es en estos últimos (y en general en todo el medio rural) donde más se sufren algunas de las carencias que han motivado la convocatoria de huelga. Se aprovecha el verano, cuando se agravan los problemas ordinarios al multiplicarse la población en el medio rural, pero Herrero insiste en que «no es un problema del verano, solo se destapa ahora».
Este médico de familia, que pasa consulta en el centro de saludo ‘Comuneros’ de la capital, reconoce que «la realidad de la Atención Primaria es muy compleja». El alto envejecimiento de la población, la cronicidad de las enfermedades, la pluripatología de los pacientes, los servicios de urgencia, la desruralización, la gran dispersión geográfica y la crisis económica se han unido contra un modelo, que siendo bueno necesita rediseñarse.
Desde 2009, la inversión en sanidad ha sufrido importantes recortes, perdiéndose en Castilla y León casi 60 millones de euros, y la Atención Primaria es «la cenicienta». Así, no solo se han reducido salarios, eliminado pagas y complementos, sino que también se han ajustado plantillas, se han recortado servicios y, ahora, no se cuenta con médicos para cubrir jubilaciones, quedan plazas vacantes, no se contratan sustituros para vacaciones o licencias ni se refuerzan los servicios cuando se incrementa la demanda.
Más inversión e incentivos
Y eso es precisamente lo que ocurre en verano en Burgos, como en otras provincias de Castilla y León. En Las Merindades, la zona de la pinares o La Ribera se llenan de veraneantes; también crece la demanda en Briviesca, sobre todo por los accidentes en la N-I. Y a todo ello se suman eventos puntuales, como el Demanda Folk o Sonorama, que aglutinan a gran número de personas. Mayor demanda, que no siempre viene acompañada por un refuerzo de la plantilla, y que coincide con un periodo vacacional sin casi sustituciones a los profesionales que libran.
En 5 años la provincia perderá un tercio de sus médicos, que se jubilarán, y la Junta no ha diseñado una previsión para garantizar la cobertura
José Herrero insiste en que se requiere de mayor inversión, pues los recursos de Atención Primaria son «escasos», y de políticas que incentiven la llegada de médicos a Burgos (y en especial al medio rural). También estabilidad, y solucionar situaciones complejas como las de los médicos de Área, «apagafuegos» en permanente interinidad.
No se puede pretender mantener el sistema incrementando servicios para cubrir libranzas, vacaciones y bajas, ni contratar sustitutos y refuerzos para un par de meses en verano. Se requiere de un cambio de modelo, de diseñar un plan estratégico, marcando prioridades. Y es que Burgos podría perder hasta 70 médicos en 5 años, por jubilación «y un médico no se puede improvisar».
El vicepresidente primero del Colegio de Médicos de Burgos insiste en que la Junta debe «tomarse en serio» el problema, no valen políticas cortoplacistas. «El sistema es bueno pero requiere del esfuerzo de los sanitarios», se ha mantenido por su compromiso y vocación, pero también están cansados de asumir responsabilidades que no les corresponden. El sistema «se va deteriorando», no es operativo, ni sostenible ni equitativo.
De ahí que José Herrero entienda la convocatoria de huelga indefinida, pues servirá como «toque de atención». Se plantean servicios mínimos del 20% y, dada la profesionalidad de los sanitarios, Herrero asegura que no se desatenderá ninguna necesidad. No obstante, la mera existencia de un parón ya evidencia el problema, y se alía con el verano, pues si se deja llegar al otoño es posible que la protesta acabase diluyéndose.
Fuente. Burgosconecta. Patricia Carro. https://bit.ly/2LM5RKg