La sanidad pública de Castilla y León perderá unos 603 médicos en cinco años porque alcanzarán los 70 años, el límite para continuar en activo. Este grupo, que ha prolongado su actividad en un gran número, ha permitido mantener la actividad y evitar “un desastre”, si bien su salida, junto a los que alcancen la edad de jubilación, pondrá en “peligro” la viabilidad del sistema de salud.
Esta es la principal consecuencia del estudio ‘Demografía médica de Castilla y León (2019-2022), que presentó el viernes, 3 de junio, el presidente del Consejo de Colegios de Médicos de la Comunidad, José Luis Díaz Villarig, acompañado por el responsable de la entidad colegial en Segovia, Graciliano Estrada Trigueros, en un acto que reunió al consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, y al presidente de las Cortes, Carlos Pollán.
En conjunto, los responsables del informe indicaron que la situación por provincias y especialidades no es homogénea en la Comunidad, si bien pidieron una planificación “correcta” y un nuevo Plan de Ordenación de Recursos Humanos, que haga “atractivo” para los profesionales y “seguro y de calidad” para los pacientes. También pidieron una mejor financiación, fomentar la estabilización, la fidelización y la atracción de personal, con un pacto por la sanidad.
Los colegios de médicos entienden que la percepción ciudadana de falta de profesionales se debe a la situación de Medicina de Familia y Comunitaria, que es la especialidad más numerosa con cerca del 30 por ciento de los facultativos y que ha sufrido una pérdida de diez efectivos por 100.000 habitantes en tres años, pasando de los 129 a los 119. Esto hace que se anticipen seis u ocho años en los que será “muy difícil” compensar la salida de médicos, hasta que las medidas adoptadas u otras surtan efecto.