Burgos, 22 de octubre de 2019. El Colegio de Médicos de Burgos rindió por primera vez en su historia un homenaje a un colegiado centenario: TEÓFILO SEDANO GUTIÉRREZ. Un médico burgalés, colegiado por Burgos desde el año 1947, “amante de una profesión maravillosa” y a la que dedicó toda su vida “por vocación a la Medicina Rural”. Así, fue el médico de cientos de vecinos de la provincia de Burgos en una época- los años 50, 60 y 70, donde “no existían los equipos médicos, todo se hacía solo y para trasladar a un paciente había que pedir ayuda a personas con caballos o con algún medio de transporte”.
En una clara vocación de rendir homenaje a la figura del médico rural, la Junta Directiva del Colegio Oficial de Médicos de Burgos- con su presidente a la cabeza- participó de un acto en el que también participaron la esposa de Teófilo, sus familiares y amigos.
“Teófilo es uno de los primeros colegiados del Colegio de Médicos de Burgos y es por ello, uno de los más especiales”, sentenció la secretaria del Combu, Miren Elizari, quien elogió la trayectoria “de película” que repasó el vocal de Médicos Jubilados, Jesús Rodrigo.
De la trayectoria del homenajeado (nacido en 1919 en el seno de una familia agrícola del Barrio de Bricia, a escasos kilómetros de la provincia de Santander) destacan “muchos momentos del que es nuestro jubilado más antiguo”- cumplió los cien años el pasado mes de julio. Entre ellos, su vocación temprana por la Sanidad que comenzó cuando estudió el Bachiller en la capital cántabra poco antes de que estallara la Guerra Civil, que tanto sufrió en su población natal-dividida por el bando republicano y nacional.
Finalizada la guerra, y en una España sumida en la miseria, Sedano comenzó la carrera en la Facultad de Medicina de Sevilla, desde el año 1939, y hasta 1946. Así comenzó una época que le llevó a amar su profesión y a escribir poesía en sus ratos libres.
De Sevilla a Cilleruelo de Abajo
Tras su licenciatura, consiguió una plaza en Cilleruelo de Abajo. Una población en la que trabajó desde 1947 y hasta 1959 con 180 familias. “Recuerdo el día que llegué en el coche de línea hasta Cilleruelo hasta donde llegué en una mula desde la parada del coche de línea”, rememoró Rodrigo leyendo las memorias del homenajeado, que recuerda “cómo los médicos eran recibidos con agasajo” en una época donde los pueblos no tenían teléfono.
“En caso de urgencia, las llamadas llegaban a Lerma para que mandaran una ambulancia. Se llevaba al paciente en camioneta y Teófilo era el médico, el practicante y el comadrón. Todo”, aseveró Rodrigo, quien recordó cómo en esa época era muy habitual encontrarse con casos de tuberculosis o problemas de alimentación.
Cuando el médico llegaba a caballo a las urgencias
Tras casarse con la maestra de Fontioso- Maurita- consiguió su plaza en propiedad trasladándose hasta la zona de Dobro donde estuvo cinco años como médico de ocho poblaciones en una zona de una complicada orografía y un clima muy frío. “Tenía el único coche del pueblo y si nevaba venían a buscarle en caballería. Iba montado en caballo para poder llegar a las urgencias”, recordó Rodrigo, ensalzando el valor de Teófilo y los médicos de la época.
Después llegaría la zona de la Lora, el Valle de Valdelucio donde estuvo como médico hasta finales de los años 60. “Eran los tiempos en los que el médico estrenaba casa y comenzaba la emigración del pueblo a la ciudad”, evocó Rodrigo.
Finalmente, su última plaza como médico fue en Rioseras; localidad en la que estuvo hasta finales de los 80 desde su residencia en Burgos capital. Su alcaldesa participó hoy en el acto de homenaje.
Agradecimiento
Con 66 años, Teófilo se jubiló. “Al principio añoró mucho su profesión pero pronto ocupó su tiempo en actividades como el dominó y las tertulias, además de viajar con su familia”, apostilló Rodrigo.
Hoy Teófilo ha repasado su vida con los suyos. Sus compañeros de vida, la mujer de su vida y de profesión en un “homenaje obligado” a un “médico que fue un héroe en su trabajo y un gran hombre a quien acompañó una gran mujer”.
Cien años de vida para una profesión que hoy ha aplaudido su trayectoria en un momento en el que “España se vacía” y sigue necesitando médicos rurales.
Relación Médico-Paciente
Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos de Burgos recordó a Teófilo como su vida es el mejor ejemplo de esa importancia entre la relación “médico-paciente”. “Un tiempo en el que no existían móviles, ni GPS pero donde la relación médico paciente eran humanas y simples”.
“Ahora hablamos de la dificultad de hacer 24 horas seguidas de trabajo y entonces se hacían 24 tras 24 siendo todas las especialidades en una”, declaró Fernández de Valderrama. Asimismo, aseveró que esa relación médico-paciente es cada vez más fluida con una mejora de la calidad de vida, aunque “últimamente se flaquea un poco”.
Es por ello, dijo, que hay que relanzar esa relación Médico-Paciente- como ya ha impulsado la Organización Médico Colegial.